jueves, 31 de julio de 2014

USANDO EL CORAZÓN PARA CAMBIAR EL CEREBRO


Nos volvemos más coherentes internamente cuando aprendemos a cambiar nuestro patrón de ritmo cardíaco y lo ponemos a trabajar en nuestro beneficio. La información de nuestro patrón de ritmo cardíaco es comunicada a nuestro cerebro y esta influye en nuestra forma de pensar, sentir y actuar. Al aprender cómo sustituir las emociones negativas como la ira, la ansiedad y la culpa con respuestas más saludables, como la compasión, el cuidado y el perdón, podemos cambiar nuestro patrón de ritmo cardíaco. Nuestro corazón envía una señal diferente al cerebro que nos proporciona diferentes percepciones que crean una mayor integración y mejores opciones.

Cuando se practica regularmente, la coherencia del corazón, en realidad crea nuevos patrones neuronales. Con el tiempo, en un lapso de sólo seis a nueve semanas, el cerebro y el sistema nervioso se re-configuran a sí mismos para reconocer estos patrones del ritmo cardíaco coherentes. A medida que nuestro cerebro y el sistema nervioso se sincronizan con el corazón, en nuestro cerebro se desarrolla una reposición de respuestas emocionales sanas que se seleccionan en momentos de estrés. Reiniciamos nuestra respuesta fisiológica y psicológica al estrés y aumentamos nuestra estabilidad emocional y el rendimiento cognitivo, al mismo tiempo.

Si realmente queremos frenar el deterioro cognitivo, es importante manejar el estrés, de lo contrario los efectos del estrés se acumulan. Mucho de nuestro estrés es creado por las proyecciones de ansiedad acerca de lo que podría suceder (y muchas veces nunca sucede) o por la irritación, la frustración o la ira sobre lo que ha sucedido y que no podemos hacer nada al respecto. Podemos desarrollar el poder del corazón y la capacidad de cambiar eso.

UN SEGUNDO CEREBRO FUNCIONA EN NUESTRO ABDOMEN Y REGULA LAS EMOCIONES


Su red neuronal no elabora pensamientos, pero influye en el estado de ánimo y hasta en el sueño. Que se use la palabra “entripado” para referirse a un enojo podría no ser del todo metafórico.
Que el estómago “se cierre” en una situación estresante o que parezca poblado de mariposas ante el amor también tendría una explicación científica.El aparato digestivo está tapizado por una red de neuronas (células nerviosas) de tan amplio alcance que algunos científicos la han denominado “segundo cerebro”.
Ese cerebro, según estudios científicos recientes, influye en nuestro estado de ánimo, carácter y hasta en el ritmo de sueño.
Michael Gershon, investigador de la Universidad de Columbia, en los Estados Unidos, y autor de El segundo cerebro (The Second Brain), un libro de referencia en las investigaciones sobre el tema, explica que, conocido técnicamente como sistema nervioso entérico, el segundo cerebro está compuesto por capas de neuronas ubicadas en las paredes del tubo intestinal, y que contiene unos 100 millones de neuronas.
El pequeño cerebro que tenemos en las entrañas funciona en conexión con el grande, el del cráneo, y en parte, determina nuestro estado mental y tiene un papel clave en determinadas enfermedades que afectan otras partes del organismo.
Además de neuronas, en el aparato digestivo están presentes todos los tipos de neurotransmisores que existen en el cerebro.
De hecho, el 95 por ciento de la serotonina, unos de los neurotransmisores más importantes del cuerpo, se encuentra en el intestino.
Sin embargo, aunque su influencia es amplia, se deben evitar confusiones: el segundo cerebro no es sede de pensamientos conscientes ni de toma de decisiones .
Como puede leerse en una nota publicada por la revista de divulgación científica Scientific American , gran parte de la potencia neurológica del segundo cerebro se concentra en la ardua tarea diaria de la digestión.
Emeran Mayer, profesor de Fisiología, Psiquiatría y Ciencias del Bio-comportamiento de la Universidad de California, le dijo a esa publicación que una gran parte de nuestras emociones probablemente se vea influida por los “nervios de los intestinos”.
En el mismo sentido, Gershon afirma que el bienestar emocional cotidiano quizá también dependa de mensajes que el cerebro intestinal envía al cerebro craneano.
Guido Iantorno, jefe de la Unidad de Motilidad Digestiva del Hospital Bonorino Udaondo explica, aunque de modo indirecto, a través del eje cerebro-intestinal, el sistema nervioso entérico puede influir en situaciones emocionales y en otros síntomas como la hipersensibilidad al dolor.
Cuenta Iantorno que mediante tomografías computarizadas por emisión de positrones pudo comprobarse que, ante un estímulo en el intestino, en las personas con afecciones funcionales del aparato digestivo reacciona un sector del cerebro diferente del que reacciona en personas sanas.
“Esto significa que la corteza cerebral responde de diferente modo si se padece, por ejemplo, el síndrome de colon irritable”, dice Iantorno.
Algunos científicos piensan que en un futuro, algunos padecimientos intestinales podrían tratarse con terapias aplicadas a nivel neuronal.
De hecho, el síndrome de colon irritable en parte deriva de un exceso de serotonina en el intestino, y quizá podría ser considerado una “enfermedad mental” del segundo cerebro.
Los trabajos de Mayer con el sistema nervioso del intestino lo han llevado a pensar que, en los próximos años, la psiquiatría tendrá que ampliar su alcance para tratar el segundo cerebro además del que está sobre los hombros. El científico Michael Gershon contó que ahora se sabe además que en el intestino hay células madre adultas que pueden reemplazar a las neuronas que mueren o son destruidas.
Además, afirmó Gershon: “El sistema nervioso entérico le habla al cerebro y este le responde.
El intestino puede afectar el humor, y la estimulación del nervio principal que conecta al cerebro con el intestino (el vago) puede ayudar a aliviar la depresión, y es usado para tratar la epilepsia”.
Para Gershon, el segundo cerebro tiene un papel en la mayoría de las cosas que enferman al intestino , desde el síndrome de colon irritable hasta las enfermedades relacionadas con la inflamación del intestino.
“Uno no puede vivir sin su sistema nervioso entérico.
Hasta la constipación de la tercera edad es un problema del segundo cerebro.
Necesitamos saber más sobre él para tener mayor información sobre cómo abordar muchos de los males más comunes de la humanidad”
Posted by Camilo Acosta in Salud Natural, Terapias De Salud.

miércoles, 23 de julio de 2014


Cuando vives y experimentas una situación que te disgusta o que te ha impactado de una forma negativa, tu mente registra todas las sensaciones, olores, sonidos y emociones que viviste y que asociaste a esa circunstancia. 

Como el Inconsciente es atemporal, es decir, "Lo que piensas, lo vives" como si estuviera pasando ahora, cada vez que piensas o traes a tu mente este recuerdo , vuelves a vivir las mismas sensaciones como si estuviera sucediendo en este mismo instante. Si ese fue un momento en que sentiste miedo o rabia, estas emociones vuelven a parecer con todas las consecuencias que ellas manifiestan en el cuerpo.

Sí en un día recuerdo todas mis malas experiencias 10 veces, 10 veces estarás sintiendo de nuevo Ira, rabia, miedo, celos, taquicardias, frío, calor, rubor, o amor en correspondencia a tu experiencia.

Hacer consciencia de esto es escoger pensamientos de serenidad, paz y amor para sanar...

miércoles, 16 de julio de 2014

NUESTRA MENTE PROCESA INFORMACIÓN Y CREA


A cada segundo, en una vida como la moderna llena de estímulos: nos bombardean enormes cantidades de información. El cerebro solo procesa una mínima cantidad de ella: 400 mil millones de bits de información por segundo.
Los estudios científicos han demostrado que sólo somos conscientes de 2.000 mil de esos bits, referidos al medio ambiente, el tiempo y nuestro cuerpo. Así pues, lo que consideramos la Realidad , es decir, aquello que vivimos, es sólo una mínima parte de lo que en realidad está ocurriendo. ¿Cómo se filtra toda esa información?
A través de nuestras creencias: El modelo de lo que creemos acerca del mundo, se construye desde lo que sentimos en nuestro interior y de nuestras ideas. Cada información que recibimos del exterior se procesa desde las experiencias que hemos tenido y nuestra respuesta emocional procede de estas memorias. Por eso, los malos recuerdos nos impulsan a caer en los mismos errores.
Cada asociación de ideas o hechos, incuba un pensamiento o recuerdo en forma de conexión neuronal, que desemboca en recuerdos por medio de la memoria asociativa.
A una sensación o emoción similar, reaparecerá ese recuerdo en forma de idea o pensamiento. Hay gente que conecta “amor” con “decepción” o “engaño”, así que cuando vaya a sentir amor, la red neuronal conectará con la emoción correspondiente a cómo se sintió la última vez que lo sintió: ira, dolor, rabia, etc.
Según Joe Dispenza “si practicamos una determinada respuesta emocional, esa conexión sináptica se refuerza y se refuerza. Cuando aprendemos a “observar” nuestras reacciones y no actuamos de manera automática, ese m

MENTE CREADORA



Durante décadas, los poderes de la mente han sido cuestiones asociadas al mundo “esotérico”, cosas de locos.
La mayor parte de la gente desconoce que la mecánica cuántica, es decir, el modelo teórico y práctico dominante hoy día en el ámbito de la ciencia, ha demostrado la interrelación entre el pensamiento y la realidad.
Que cuando creemos que podemos, en realidad, podemos. Sorprendentes experimentos en los laboratorios más adelantados del mundo corroboran esta creencia.
El estudio sobre el cerebro ha avanzado mucho en las últimas décadas mediante las “tomografías”. Conectando electrodos a este órgano, se determina donde se produce cada una de las actividades de la mente.
La fórmula es bien sencilla: se mide la actividad eléctrica mientras se produce una actividad mental, ya sea racional, como emocional, espiritual o sentimental y así se sabe a qué área corresponde esa facultad.
Estos experimentos en neurología han comprobado algo aparentemente descabellado: cuando vemos un determinado objeto aparece actividad en ciertas partes de nuestro cerebro… pero cuando se exhorta al sujeto a que cierre los ojos y lo imagine, la actividad cerebral es ¡idéntica!
Entonces, si el cerebro refleja la misma actividad cuando “ve” que cuando “siente”, llega la gran pregunta: ¿cuál es la Realidad ?
la física cuántica confirma que creamos nuestra realidad.
“La solución es que el cerebro no hace diferencias entre lo que ve y lo que imagina porque las mismas redes neuronales están implicadas; para el cerebro, es tan real lo que ve como lo que siente”, afirma el bioquímico y doctor en medicina quiropráctica, Joe Dispenza en el libro “¿Y tú qué sabes?”.
En otras palabras: fabricamos nuestra realidad desde la forma en que procesamos nuestras experiencias, es decir, mediante nuestras emociones.
Los experimentos en el campo de las partículas elementales han llevado a los científicos a reconocer que la mente es capaz de crear.
En palabras de Amit Goswani, profesor de física en la universidad de Oregón, el comportamiento de las micropartículas cambia dependiendo de lo que hace el observador: “cuando el observador mira, se comporta como una onda, cuando no lo hace, como una partícula”.
Ello quiere decir que las expectativas del observador influyen en la Realidad de los laboratorios… y cada uno de nosotros está compuesto de millones de átomos.
Traducido al ámbito de la vida diaria, esto nos llevaría a que nuestra realidad es, hasta cierto punto, producto de nuestras propias expectativas. Si una partícula (la mínima parte de materia que nos compone) puede comportarse como materia o como onda… Nosotros podemos hacer lo mismo.


MISTERIOS DEL CORAZÓN

Durante mucho tiempo nos quisieron hacer creer que solo era una bomba que mandaba sangre a todo nuestro organismo y que todas las cosas que la sabiduría popular atribuía al corazón no eran mas que cursiladas baratas de suplementos románticos o cosas del cine cursi, ahora sabemos que el corazón piensa, tiene una red neuronal que manda mas información al cerebro que la que recibe de el, que al latir, nuestro corazón genera un campo electromagnético alrededor nuestro impregnado de nuestras energías, pensamientos y sentimientos. Eso, muchas cosas mas y las que nos faltan por recordar y terminar de re descubrir...

Tu corazón siente, piensa y te habla constantemente, es solo cuestión de saberlo escuchar...