jueves, 21 de agosto de 2014

LA PAZ POR LAS CREENCIAS


Cuando se tiene noción de lo que es la mecánica cuántica, la relatividad del tiempo, o se logra construir en la mente, la idea de que dentro del átomo hay partículas que se comportan según lo que esperamos de ellas, se puede establecer una conciencia poco tradicional sobre la existencia.
Si adoptamos la noción de que el universo se generó a partir de una gran explosión, y que de allí surgieron todas los elementos que componen lo que somos y lo que nos rodea, entonces por qué no pensar que somos parte de un todo, separado, pero que a fin de cuentas hace que la dinámica de la vida esté entrelazada y tenga influencia en distintas direcciones.
Para muchas personas que conozco, los temas antes mencionados son extraños, impensables y hasta poco creíbles. Al intentar hablar de ellos, me han hecho comentarios como: "Ay no, no me hables de eso, déjame quieto, no me enredes la cabeza" o de forma muy simple me han dicho: "Chama, ¿Qué te fumaste?".
Entonces, pienso que las reacciones se resumen en una frase sencilla: "Como no lo entiendo, no lo comprendo y no lo conozco, mejor lo dejo a un lado". Sin embargo nuestra cotidianidad está llena de "cosas" que no comprendemos y nos conformamos con que son como son y las aceptamos; tenemos luz en un bombillo, y no parece algo mágico, hablamos por una pantallita con alguien a miles de kilómetros de distancia, y ni por asomo sabemos cómo es posible. Solo lo aceptamos sin cuestionarlo.
Pues creo que lo mismo ocurre con las creencias. Ya sea porque fueron nuestro pan de cada día desde los primeros años de vida, o porque ante un hecho fortuito las adoptamos, las creencias se convierten en nuestra nave salvaguarda.
Somos, actuamos y aceptamos lo que encaja dentro de nuestro sistemas de creencias.
Romper las estructuras mentales implica deshacerse de lo que nos mantiene en pie y por ende de las herramientas-creencias, que nos permiten tomar decisiones y sobrellevar situaciones.
Cada quien según sus creencias, actúa bajo los preceptos de éstas; si se práctica o se dice pertenecer a alguna religión, sus mandatos moldean las actitudes, si se cree en los astros, se lee el horóscopo para "conocer qué nos depara el futuro"; se consulta a alguien que "lee las cartas", se lee un libro con frases de "pensadores" o de forma tajante se sentencia: "Porque Dios lo quiso así".
Cuando en la vida ocurren situaciones que no podemos controlar y menos detener, se tienen a las creencias para sobrellevarlas y de alguna forma mitigar la incertidumbre, la angustia que produce lo inesperado.
Al ver como se acerca el fin de algo estable y arraigado en la vida, solo las creencias pueden ser las herramientas efectivas para no sucumbir ante la desesperanza o la inestabilidad.
Una cosa es la esperanza y otra la certeza. En la primera cabe la duda, en la segunda no. Cuando las creencias nos dan certeza de que las cosas son como son, que somos parte de un todo que no podemos controlar, entonces conseguimos estar paz.

Tomado de Filosofía barata


Escrito por  Milfri Pérez

No hay comentarios:

Publicar un comentario